Las comunidades indígenas, sobre todo en las antiguas colonias (Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Estados Unidos), han redoblado sus esfuerzos para que se reconozcan sus derechos, lo que ha ido acompañado de una serie de reivindicaciones, como la devolución de su patrimonio material, disperso por los museos del mundo, y el fin de los préstamos extranjeros de su repertorio artístico, lo que se considera una apropiación cultural ilegítima. Con los cambios que se han producido, el arte se ha establecido dentro de la antropología como un tema de estudio esencial para comprender las cuestiones de identidad, la relación entre lo local y lo global, y las relaciones Norte-Sur. El análisis de los vínculos entre arte, identidad y política se ha extendido al arte europeo, con trabajos sobre el nacionalismo en la pintura vasca y el arte de propaganda en Europa del Este.
El concepto de arte como algo puramente estético, propio de la civilización industrial, no es muy útil para los estudios transculturales. La mayoría de las formas artísticas que vemos en museos y libros de arte procedentes de la América nativa (incluyendo la del sur), o de África u Oceanía son objetos que en su día formaron parte de un conjunto artístico mayor del que han sido extraídos. Tenemos que intentar reconstruir e imaginar tanto el contexto artístico como el cultural si queremos obtener un sentido más profundo del significado que el que nos proporciona la pieza disponible. Incluso entonces, es casi imposible definir el conjunto artístico. Quizá sea mejor pensar en estas piezas como fragmentos del modo de vida de un pueblo.
Las comunidades indígenas, sobre todo en las antiguas colonias (Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Estados Unidos), han redoblado sus esfuerzos para que se reconozcan sus derechos, lo que ha ido acompañado de una serie de reivindicaciones, como la devolución de su patrimonio material, disperso por los museos del mundo, y el fin de los préstamos extranjeros de su repertorio artístico, lo que se considera una apropiación cultural ilegítima. Con los cambios que se han producido, el arte se ha establecido dentro de la antropología como un tema de estudio esencial para comprender las cuestiones de identidad, la relación entre lo local y lo global, y las relaciones Norte-Sur. El análisis de los vínculos entre arte, identidad y política se ha extendido al arte europeo, con trabajos sobre el nacionalismo en la pintura vasca y el arte de propaganda en Europa del Este.
El concepto de arte como algo puramente estético, propio de la civilización industrial, no es muy útil para los estudios transculturales. La mayoría de las formas artísticas que vemos en museos y libros de arte procedentes de la América nativa (incluyendo la del sur), o de África u Oceanía son objetos que en su día formaron parte de un conjunto artístico mayor del que han sido extraídos. Tenemos que intentar reconstruir e imaginar tanto el contexto artístico como el cultural si queremos obtener un sentido más profundo del significado que el que nos proporciona la pieza disponible. Incluso entonces, es casi imposible definir el conjunto artístico. Quizá sea mejor pensar en estas piezas como fragmentos del modo de vida de un pueblo.
Simplemente información de la buena