La Pascua Judía y la Historia de los Hebreos
La larga historia de las migraciones de los hebreos y algunas reflexiones sobre los judíos en Egipto.
La pascua judía es la festividad que conmemora la liberación de los hebreos de la esclavitud en Egipto y el "paso" de las fuerzas de destrucción, o el perdón de los primogénitos de los israelitas, cuando el Señor "hirió la tierra de Egipto" en la víspera del Éxodo. La Pascua comienza el día 15 y termina el 21 (o, fuera de Israel y entre los judíos reformistas, el 22) del mes de Nisán (marzo o abril). Durante estos siete (u ocho) días, está prohibida toda levadura, ya sea en el pan o en otras mezclas, y sólo se puede comer pan ácimo, llamado matzo. El matzo simboliza tanto el sufrimiento de los hebreos en la esclavitud como la prisa con la que salieron de Egipto en el Éxodo.
Hebreos
Publicado: 20 de abril de 2024
La historia de los orígenes hebreos se ha renovado por completo en el último siglo gracias a los progresos de la arqueología oriental y al desciframiento y estudio de los textos diplomáticos y literarios hallados que arrojan luz sobre el periodo bíblico. Sin embargo, sigue siendo la propia Biblia la que proporciona la clave del conjunto: en efecto, estos doce siglos aproximadamente ya tenían su propia historia cuando, hacia 540, se terminó de escribir la Biblia. Los hebreos salieron de Egipto como nación. Las tribus nomadearon temporalmente en el Sinaí. La vida económica se basaba en la ganadería, pero también en la artesanía, cuyas cofradías se habían originado en Egipto. Carpinteros, ebanistas, tejedores, curtidores, tintoreros y fundidores ocupaban lugares especiales en el campamento hebreo del desierto. El campamento se estableció, durante un período bastante largo, cerca de un abrevadero. El maná mencionado en la Biblia es una planta esteparia de sabor ligeramente dulce que crece en la península del Sinaí.
Véase también algunas reflexiones sobre los judíos en Egipto. Por ejemplo, sobre la comunidad judía de Roma. Con un número aproximado de 50.000 personas, a juzgar por las inscripciones de las catacumbas judías, era predominantemente de habla griega y desconocía casi por completo el hebreo. Las referencias de los escritores romanos, en particular Tácito y los satíricos, han llevado a los estudiosos a concluir que la comunidad -que era influyente, a juzgar por las burlas paganas- observaba el sábado y las leyes dietéticas y era activa en la búsqueda de conversos.
Sin embargo, la helenización de los judíos de la diáspora no sólo se aprecia en su literatura, sino sobre todo en los papiros y objetos de arte que se han estudiado recientemente con detenimiento. Ya en el año 290 a.C., Hecataeus de Abdera, un griego no judío que vivía en Egipto, observó que bajo los persas y los macedonios los judíos habían modificado mucho las tradiciones de sus padres. El hecho de que -a juzgar por otros papiros- al menos tres cuartas partes de los judíos egipcios tenían nombres personales de origen griego, y no hebreo, es significativo.