Una Historia de la Psicología
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La psicología tiene una larga historia, ya que muchos de los temas principales de la disciplina ya se tratan en textos antiguos, en particular los de Aristóteles. Se acostumbra a comenzar la historia de la psicología moderna con René Descartes (1596-1650), al tiempo que se hace hincapié en que el surgimiento efectivo de la disciplina data del siglo XIX. Si bien los orígenes filosóficos de la psicología están fuera de toda duda, es importante destacar que la disciplina se individualizó por primera vez en los países de habla alemana.
Nacimiento de una disciplina autónoma, emancipada de la filosofía
Fue el sucesor de Leibniz, el filósofo alemán Christian Wolff (1679-1754), quien introdujo el término «psicología» en la literatura para referirse a la ciencia del alma y quien hizo una distinción fundamental entre «psicología empírica» (1732) y «psicología racional» (1734). Según él, la psicología empírica (experimental) extrae de la observación y la experiencia los principios mediante los cuales explica lo que sucede en el alma humana, mientras que la psicología racional (metafísica) se define como el estudio, desde un punto de vista filosófico, de cuestiones sobre la naturaleza de las facultades del alma, su esencia, su origen, su inmortalidad y su relación con el cuerpo. A partir de ese momento, los estudios de psicología empírica, que constituyen una tendencia innovadora, se multiplicarán en Alemania. A finales del siglo XVIII, Immanuel Kant (1724-1804) se basó en la distinción establecida por Wolff para quitarle el estatus de ciencia a la psicología racional y situar la psicología empírica fuera de la filosofía y al nivel de la física experimental.
Sin embargo, se ve obligado a constatar la dificultad de la psicología empírica para recurrir a la experimentación estricta y apoyarse en el cálculo matemático para el descubrimiento de las leyes mentales. La psicología intentará emanciparse a través de la práctica, en particular a través de la frenología de Franz Joseph Gall (1758-1828) y Johann G. Spurzheim (1776-1832), y el magnetismo en animales de Franz Anton Mesmer (1734-1815) y sus sucesores. En Alemania, en el plano teórico, Johann Friedrich Herbart (1776-1841) dio un poderoso impulso a la investigación psicológica al aplicar el cálculo matemático al estudio del espíritu humano y al concebir, de manera especulativa, una estática y una mecánica de las representaciones mentales conscientes e inconscientes.
Será, en particular, el origen del concepto de umbral de la conciencia, al que Freud se referirá unas décadas más tarde. Influenciado, entre otras cosas, por los escritos de Herbart, fue sobre todo el físico y metafísico Gustav Theodor Fechner (1801-1887), basándose en los trabajos de su colega fisiólogo de la Universidad de Leipzig Ernst Heinrich Weber (1795-1878), que en 1860 establecerá una ley psicofísica de aspecto logarítmico según la cual la sensación experimentada por un individuo no aumenta en proporción directa a la intensidad del estímulo, sino en proporción al aumento relativo del estímulo. La psicología empírica está a punto de convertirse en una ciencia experimental. Se da el impulso, está naciendo un movimiento hacia la autonomía de la psicología como disciplina.
Esta evolución de los estudios psicológicos también se observará en otros países europeos. Aparece en Gran Bretaña con el surgimiento de una psicología evolucionista representada por las obras de científicos como Herbert Spencer (1820-1903) y Charles Darwin (1809-1882), y de una psicología fisiológica y asociacionista que tiene sus raíces en la obra del filósofo David Hume (1711-1776) y, sobre todo, del filósofo y médico inglés David Hartley (1705-1757), y que luego continúa con los escritos de James Mill (1773-1836), John Stuart Mill (1806-1873) y Alexander Bain (1818-1903). Esta corriente, iniciada por la escuela sensualista de Condillac (1714-1780) y sobre todo de Charles Bonnet (1720-1793), también aparece en Francia, especialmente en los escritos de Maine de Biran (1766-1824) y de los filósofos universitarios Victor Cousin (1792-1867) y Théodore Jouffroy (1796-1842).
Si bien Jouffroy se pronuncia a favor de la autonomía de la psicología como disciplina, se niega a apoyarla en la fisiología, a diferencia de los representantes de la escuela positivista francesa de Auguste Comte (1798-1857), que militan a favor de una psicología de carácter fisiológico. La oposición entre filósofos y científicos se acentuará en Francia y la psicología estará en el centro de este conflicto. Los avances científicos durante el siglo XIX fomentaron la idea de una psicología de carácter científico independiente de la filosofía clásica. El camino estaba trazado y Alemania estaba mejor preparada que otras naciones para esta revolución gracias a la tradición de la psicología empírica iniciada por Wolff y a la solidez de su investigación científica.
La escuela alemana, punta de lanza de la psicología experimental
El fisiólogo Wilhelm Wundt (1832-1920) fue uno de los primeros en promover la nueva psicología, separándola del discurso filosófico y basándola en la experimentación. Ya en 1862, propuso la constitución oficial de la psicología experimental como disciplina autónoma. El objetivo de Wundt es estudiar mediante la experimentación, y gracias a los métodos psicofísicos y psicométricos, el contenido de la conciencia, partiendo de las sensaciones elementales para llegar a las percepciones (formadas por combinaciones de sensaciones) y, si es posible, ascender hasta los procesos superiores.
Esta psicología está muy relacionada con la fisiología, como indica el título de la primera edición del primer tratado moderno de psicología experimental (Elementos de psicología fisiológica), publicado por Wundt en 1874. La cronometría mental, derivada de los trabajos en astronomía, formaba en aquella época, junto con la psicofísica sensorial de Fechner y sus émulos, una de las partes más avanzadas de la psicología de los laboratorios. Si en psicofísica se intenta encontrar las relaciones que existen entre la intensidad de una estimulación y la sensación percibida, en cronometría mental se propone, a semejanza de los trabajos de Hermann von Helmholtz (1821-1894) y Franciscus Donders (1818-1889), estimar la velocidad y la duración de un fenómeno de conciencia. Estas dos ramas de la psicología experimental experimentaron un desarrollo extraordinario durante el siglo xix, y surgieron acalorados debates, especialmente sobre la psicofísica.
La fórmula logarítmica de Fechner fue criticada, en particular, por el físico belga Joseph Plateau (1801-1883) y el psicólogo austriaco Franz Brentano (1838-1917), que la prefirieron a una fórmula de tipo potencia adoptada más tarde, en la década de 1950, por Stanley Smith Stevens (1906-1973). Otros autores, como Henri Bergson (1859-1941), rechazaron la idea misma de una matematización de la psicofísica. En cualquier caso, los verdaderos orígenes de la psicología científica moderna no se encuentran ni en los filósofos ni en los médicos, sino más bien en los físicos y fisiólogos interesados en los problemas relacionados con las cuestiones de las sensaciones y las percepciones.
Sobre la base de estos trabajos, Wundt fundó en 1879 el primer laboratorio de psicología experimental en la Universidad de Leipzig, donde desarrolló estos temas de investigación. La fundación de este laboratorio marca una fecha importante en psicología, ya que se convirtió en un centro de formación de primera importancia en Europa. Muchos jóvenes, principalmente alemanes, pero también algunos extranjeros, especialmente estadounidenses como Granville Stanley Hall (1844-1924) y James McKeen Cattell (1860-1944), vendrán a formarse en las técnicas e instrumentos utilizados por la naciente psicología experimental. En plena expansión económica y académica, el joven Estados Unidos se abrió muy pronto a la nueva psicología científica, como demuestra la creación de departamentos autónomos de psicología en la mayoría de las universidades. No fue el caso de muchos países europeos, en particular Francia e Inglaterra, donde los filósofos, considerando que la psicología clásica era la base de los estudios filosóficos, frenaron el desarrollo de esta nueva ciencia.
En Francia, la escuela psicopatológica
Mientras que la psicología alemana y estadounidense han sido principalmente psicologías de laboratorio de naturaleza esencialmente experimental, la psicología científica desarrollada en otros lugares a veces era de otra naturaleza. En Francia, por ejemplo, su enseñanza fue iniciada por Théodule Ribot (1839-1916), primero en la Sorbona (1885) y luego en el Collège de France (1888). Ribot había dado a conocer en Francia las escuelas psicológicas extranjeras entre 1870 y 1879, y había fundado en 1876 la Revue philosophique de la France et de l'étranger, que acogía numerosos artículos sobre psicología. En sus trabajos y cursos se basaba en el método de la patología, en relación con las enseñanzas de Jean Martin Charcot (1825-1893) en la Salpêtrière, y fue el primero en proponer estudiar las grandes funciones mentales desde el punto de vista de la patología.
En los años 1870-1880, la mayoría de los psicólogos franceses son psiquiatras y el desarrollo de la disciplina se lleva a cabo fuera de los laboratorios y las universidades. Charcot inaugura en el hospital de la Salpêtrière dos importantes campos de investigación en psicología. El primero, el más conocido, es el estudio de la histeria y la hipnosis, que atrae en 1885 al joven médico vienés Sigmund Freud (1856-1939) —antes de que desarrollara la psicoanálisis unos años más tarde— y al sabio belga Joseph Delbœuf (1831-1896), un especialista ya reconocido en psicofísica, más cercano, por cierto, a los representantes de la escuela hipnótica de Nancy dirigida entonces por Hippolyte Bernheim (1840-1919) que a los de la Salpêtrière. Tras los trabajos pioneros de Paul Broca (1824-1880) sobre la afasia, que fundaron la neuropsicología clínica, Charcot se interesó por los trastornos del lenguaje. Con la ayuda de su joven colaborador Pierre Janet (1859-1947), también se dedicó a la amnesia y, en general, al estudio de las funciones motoras y orgánicas relacionadas con los estados mentales.
Charcot y Ribot fueron los impulsores de una de las primeras sociedades de psicología (1885) y de la organización del primer Congreso Internacional de Psicología (1889), que tuvo lugar en París y en el que participaron los psicólogos más destacados de la época, entre ellos William James (1842-1910) por Estados Unidos, Théodore Flournoy (1854-1920) por Suiza, Hermann Ebbinghaus (1850-1909) por Alemania, etc. Numerosos psicólogos francófonos (Piéron, Fraisse, Piaget, Claparède, Nuttin, Denis, etc.) asumieron posteriormente importantes responsabilidades en la asociación internacional que organizaba estos congresos, que todavía se celebran cada cuatro años. La psicología se hizo visible como ciencia autónoma y fue en esta época cuando surgieron numerosas revistas especializadas, la mayoría de las cuales aún se publican, con el objetivo de comunicar los resultados de la nueva ciencia psicológica: The American Journal of Psychology (1887), fundada por Granville Stanley Hall; Zeitschrift für Psychologie (1890), fundada por Hermann Ebbinghaus; Psychological Review (1894), fundada por James Mark Baldwin (1861-1934) y James McKeen Cattell; L'Année psychologique (1895), fundada por Alfred Binet (1857-1911) y Henry Beaunis (1830-1921); Les Archives suisses de psychologie (1901), fundada por Théodore Flournoy y Édouard Claparède (1873-1940); Journal de psychologie normale et pathologique (1904), fundada por Pierre Janet y Georges Dumas (1866-1946); etc.
Alfred Binet, psicólogo de la memoria, la atención y la inteligencia
El enfoque psicofisiológico de Charcot, que establecía un vínculo entre la neurología y la psicología, se oponía al de Wundt, centrado en el estudio de sujetos normales entrenados en procedimientos experimentales de laboratorio. La oposición de los métodos era manifiesta y fue el psicólogo francés Alfred Binet quien estableció un vínculo entre estas dos escuelas de pensamiento e inició así una psicología original. En la década de 1880, Binet colaboró con Charcot en la Salpêtrière antes de unirse, con el apoyo de Ribot, al laboratorio de psicología fisiológica ubicado en las instalaciones de la Sorbona y dirigido por Henry Beaunis desde su creación en 1889. Fue en este laboratorio donde Binet desarrolló la psicología diferencial (llamada entonces psicología individual) en oposición al modelo germano-estadounidense. Binet no ve las diferencias individuales como accidentes, sino que las pone en primer plano de la investigación.
Inspirado por la obra del filósofo Hippolyte Taine (1828-1893), considera que los individuos fuera de lo común (grandes calculadores, novelistas de renombre, etc.) son sujetos de estudio privilegiados para comprender el funcionamiento mental humano, al igual que Ribot y Charcot consideraban las deficiencias mentales (amnesias, afasias, agnosias, etc.) como una puerta de entrada para el estudio de las funciones psicológicas normales. Para Binet, los calculadores mentales profesionales no son individuos que padecen una patología y sufren particularidades cerebrales; su estudio experimental aporta más bien elementos que muestran la importancia de la memoria y de la atención sostenida en el acto del cálculo mental. Así, será el origen del estudio experimental de las funciones mentales superiores en una época en la que psicólogos como Wundt no creían en la posibilidad de tal enfoque.
Así, desarrolló un enfoque original de la psicología científica de la memoria iniciada por Ebbinghaus en 1885, proponiendo la fundación de una ciencia del testimonio basada en experimentos de laboratorio, a la que le deben sus posteriores trabajos Frederic Bartlett (1886-1969), Solomon Asch (1907-1996) y Elizabeth Loftus. Otro ejemplo, y no menos importante, es el estudio de la inteligencia humana. Tras los intentos infructuosos, entre otros, de Francis Galton (1822-1911) y de psicólogos estadounidenses como James McKeen Cattell, de establecer pruebas de inteligencia válidas, Binet muestra la posibilidad de medir la inteligencia mediante pruebas que impliquen no solo los procesos perceptivos, sino más bien las funciones superiores de la mente.
En 1896, subrayó: «En la mayoría de los casos, salvo anomalías patológicas, las diferencias individuales en cuanto a sensaciones son muy pequeñas e insignificantes en comparación con las facultades superiores... son las facultades psíquicas superiores las que deben estudiarse». En respuesta a la demanda social relacionada con la contratación de niños con retraso intelectual para escuelas especiales, Binet propuso en 1905, junto con Théodore Simon (1873-1961), la primera versión de un test de inteligencia que tendría un éxito considerable en los años siguientes en Francia y en el extranjero. Este test solo será sustituido en el siglo xx por los desarrollados por David Wechsler (1896-1981), conocidos hoy en día en todo el mundo.
Diversificación de enfoques: el surgimiento de nuevas corrientes
El cambio de siglo es un período decisivo. La psicología se internacionaliza y aparecen nuevas figuras que marcarán una época. En Alemania, la psicología está dominada por la escuela de Wundt, que considera que los procesos mentales son complejos por naturaleza. Al referirse a los componentes de estos complejos con el término «elementos psíquicos», considera que existen dos tipos: sensaciones y sentimientos, y que cada uno de ellos posee determinantes de calidad e intensidad. La tarea de la psicología experimental de Wundt es estudiar las combinaciones de estos elementos; las más simples son las percepciones formadas por la asociación de una combinación más o menos compleja de sensaciones.
Los mecanismos de asociación suelen ser de naturaleza automática, pero pueden ser de naturaleza activa cuando los procesos aperceptivos son desencadenados por la atención. Fue un alumno de Wundt, el psicólogo inglés Edward Bradford Titchener (1867-1927), quien importó a Estados Unidos el movimiento estructuralista alemán. Partidario de un enfoque experimental estricto de naturaleza descriptiva, Titchener modificó la psicología elementarista de Wundt en varios aspectos e ignoró en particular su Völkerpsychologie destinada a estudiar los procesos mentales superiores. Así, se crearon sociedades de psicología experimental en sentido estricto en Estados Unidos bajo la égida de Edward Bradford Titchener y en Alemania bajo la de Georg Elias Müller (1850-1934).
En Alemania, sin embargo, la psicología de Wundt y sus émulos comienza a perder fuerza y aparecen nuevas corrientes. La primera de ellas es la escuela de Würzburg, que toma prestado mucho de los escritos de Binet, que uno de sus alumnos, Victor Henri (1872-1940), contribuyó a dar a conocer a principios de la década de 1890, especialmente en el laboratorio de Wundt en Leipzig, donde trabajaba Oswald Külpe (1862-1915).
Nombrado posteriormente profesor en Würzburg, Külpe se rodeará de colaboradores de renombre como Karl Marbe (1869-1953) y Karl Bühler (1879-1963), que se interesarán por el estudio experimental del pensamiento utilizando el método de la introspección experimental. Esta escuela consideraba que los límites del asociacionismo eran demasiado estrechos y afirmaba la existencia de un contenido de pensamiento no reducible a la sensación y de una actividad psíquica más compleja que el mecanismo de las asociaciones.
La segunda corriente es la de la famosa escuela de la Gestalt (psicología de la forma). Christian von Ehrenfels (1859-1932) fue el primero en hablar de las «cualidades de la forma», distinguiéndolas de las sensaciones. Así, la percepción de algo no es solo una combinación de sensaciones elementales, como pensaban los psicólogos de la época. Por ejemplo, al escuchar una música interpretada en un instrumento, no solo percibimos las notas particulares que la componen, sino también una impresión especial, que no es un tono entre otros, que se llama melodía y que representa la forma de la música.
El debate versará sobre el surgimiento de la forma, algunos autores, como los de la escuela de Graz, en particular Alexius Meinong (1853-1920) y Vittorio Benussi (1878-1927), afirmarán que surge de un acto de producción del sujeto humano a través de las sensaciones elementales, mientras que otros psicólogos alemanes, pertenecientes a la escuela de Berlín, defenderán la idea de un dato primitivo.
La escuela de la Gestalt de Berlín estaba formada por un grupo de psicólogos cuyos líderes eran Max Wertheimer (1880-1943), Kurt Koffka (1886-1941), Wolfgang Köhler (1887-1967) y Kurt Lewin (1890-1947). La psicología de la Gestalt se erigirá contra la doctrina asociacionista que sitúa las sensaciones en la base de la vida psíquica. Para los gestaltistas, los elementos básicos de la vida psíquica están constituidos por formas y no por sensaciones. Como las formas residen sobre todo en la estimulación misma, los gestaltistas estudiarán las diversas leyes de estructuración perceptiva, entre ellas la ley de la buena forma y las diversas leyes de agrupación que permiten explicar la percepción de objetos distintos. Los gestaltistas interpretaron estos diversos fenómenos en términos fisiológicos.
Pero sería erróneo restringir la psicología de la Gestalt al estudio de la percepción, ya que esta escuela de psicología se interesó muy de cerca en el estudio de otros fenómenos mentales, como la inteligencia y la memoria. Paul Guillaume (1878-1962) fue en Francia el representante de esta original escuela de pensamiento. Con la emigración a Estados Unidos de sus principales representantes alemanes, entró directamente en conflicto con la escuela estadounidense dominante de la época: la escuela conductista.
La psicología estadounidense se desarrolló muy rápidamente a partir de finales del siglo XIX. Su líder fue sin duda el filósofo William James, conocido por su teoría periférica de las emociones (1884) y que publicó en 1890 sus famosos Principios de psicología, que tuvieron un gran éxito. Pero el verdadero fundador de la psicología estadounidense fue su alumno Granville Stanley Hall, quien, como hemos visto anteriormente, se formó en técnicas experimentales con Wundt en Leipzig a partir de 1879. Hall fundó en 1883 el primer laboratorio de psicología de Estados Unidos y, en 1887, la primera revista dedicada a la psicología. También es conocido por haber sido el impulsor de la fundación de la Asociación Americana de Psicología (APA) en 1892. El entusiasmo por la nueva psicología en Estados Unidos se manifestará en la multiplicación de laboratorios en las universidades y de revistas especializadas en psicología.
La vitalidad de la investigación estadounidense condujo a la fundación de la primera escuela de psicología, el funcionalismo, a la que pertenecían, entre otros, John Dewey (1859-1952), James Angell (1869-1939) y James Mark Baldwin. Esta psicología, que pretende ser práctica, se basa en ideas evolucionistas. La cuestión ya no es saber de qué está compuesto el consciente, sino para qué sirve el consciente: la función sustituye a la estructura. Lo que importa ante todo es la acción: no vivimos para pensar, sino que pensamos para vivir. El concepto de adaptación del individuo a su entorno se vuelve ineludible. A través de este concepto se planteará la problemática del origen y la evolución de las conductas. Y así es como los psicólogos funcionalistas se interesarán por la psicología infantil, la psicología animal y, en general, la psicología aplicada. La actitud funcionalista (el énfasis en la actividad en lugar del contenido, el interés por las consideraciones biológicas, etc.) se encuentra en algunos psicólogos europeos como Pierre Janet, Ovide Decroly (1871-1932) y, sobre todo, Édouard Claparède.
La edad de oro del conductismo
Es un funcionalismo radical el que surge en Estados Unidos en la década de 1910 con la figura de John Broadus Watson (1878-1958), fundador de la nueva escuela conductista estadounidense: En un artículo de 1913, rechaza la psicología introspectiva y declara que la psicología debe ser estrictamente objetiva, dejando de lado los datos subjetivos o las interpretaciones en términos de conciencia. Además, el verdadero objetivo de la psicología no es describir o explicar los estados conscientes, sino predecir y controlar el comportamiento observable. De hecho, Watson propone a los jóvenes psicólogos estadounidenses un programa de investigación innovador en un período crucial de la historia, destacando en particular que toda conducta es consecuencia de un aprendizaje de «estímulo-respuesta» (S-R). En este contexto, dio a conocer los trabajos de la escuela reflexológica rusa de Ivan Pavlov (1849-1936) y Vladimir Bekhterev (1857-1927), considerando toda conducta como la elaboración de un reflejo condicionado. El conductismo watsoniano tuvo una profunda influencia en las teorías del aprendizaje y en los jóvenes psicólogos estadounidenses.
Bajo la influencia de Clark Leonard Hull (1884-1952), Edward Lee Thorndike (1874-1949), Edwin Ray Guthrie (1886-1959), Edward Chace Tolman (1886-1959), John Alexander McGeoch (1897-1942) y, sobre todo, Burrhus Frederic Skinner (1904-1990), la escuela conductista dominó la psicología estadounidense en una época en la que las guerras habían debilitado considerablemente la investigación psicológica en Europa, especialmente en Francia y Alemania. La psicología científica se «americanizará» después de la Segunda Guerra Mundial y se internacionalizará, aunque algunas grandes figuras de la psicología europea, especialmente en psicología infantil, como el suizo Jean Piaget (1896-1980), el francés Henri Wallon (1879-1962) o el ruso Lev Vygotsky (1896-1934), iban a tener una influencia considerable en el movimiento psicológico posconductista.
En el esquema S-R conductista no hay lugar para una fuerza psíquica que pueda insertarse entre los estímulos y las respuestas. Esta perspectiva de pronto resultó demasiado estrecha y se hizo sentir la necesidad de intercalar variables intermedias entre S y R. Muchos investigadores pusieron énfasis en el papel de los mediadores que aseguran el paso de S a R, refiriéndose habitualmente a la teoría mediacional desarrollada por Charles Osgood (1916-1991). Había llegado el momento de dar más importancia a los mecanismos internos que permiten la elaboración de la estimulación (S) y que determinan de manera específica la respuesta (R) del sujeto.
La revolución cognitiva
Los psicólogos cognitivistas se interesarán por las actividades mentales complejas y por el contenido de la «caja negra» conductista, es decir, por las etapas de procesamiento entre S y R. En este contexto, propondrán los primeros modelos psicológicos importantes del funcionamiento intelectual. Entre estos modelos, podemos citar el del británico Donald Broadbent (1958) sobre la atención y el de los estadounidenses Atkinson y Shiffrin (1968) sobre la memoria.
Si bien el desarrollo de la psicología cognitiva estadounidense fue bastante lento y progresivo al principio (entre los años 1950 y 1980), la aparición de las nuevas tecnologías informáticas aceleró enormemente su movimiento en detrimento de la corriente conductista. Los cognitivistas se basarán en la teoría de la información (Turing, Shannon, Weaver) y en el concepto de procesamiento de la información, considerando que somos ante todo ordenadores perfeccionados y que funcionamos según principios de cálculo. Y esta metáfora de la informática, utilizada por numerosos autores, entre ellos George Miller, Jerome Bruner, Ulric Neisser, Alan Newell y Herbert Simon, trasladó los problemas a los conceptos de memoria y representación del conocimiento.
Las principales características del movimiento de principios del siglo XXI son las siguientes:
una explosión de la investigación a nivel mundial en el campo de la cognición (Europa, en particular, ha recuperado su retraso frente a América);
una estrecha colaboración entre las disciplinas interesadas en el estudio de la cognición (en particular, entre la psicología cognitiva y las neurociencias cognitivas);
el uso y desarrollo de nuevas técnicas de investigación conductual y no conductual (imagen cerebral funcional); y
la psicología cognitiva constituye uno de los pilares principales de las ciencias cognitivas (junto con la filosofía, las neurociencias, la lingüística, las ciencias informáticas y la antropología).
¿Anuncia esta orientación un nuevo cambio paradigmático? Tendremos que esperar para afirmarlo.